viernes, 19 de diciembre de 2014

El son de Notre Dame

Yo soy feliz, independiente, y con éxito… ¡Y me gusta ser así! Pero cuando lo veo y me dice aquellas cosas… es que me lo pone muy difícil. No quería que él viniera detrás de mí si no era para quedarse… Porque realmente él me estaba gustando.

Love

Mi prima me dijo una vez, en uno de esos momentos de borrachera…

<< Estás preciosa… En realidad, eres hermosa siempre. Pero hoy hay algo que te hace sobresalir. Hay algo que te hace más bella de lo normal. No sé lo que es… Pero te aseguro que estás guapísima. Tienes un rostro limpio de espinos, un cuerpo del diez y unos pechos preciosos. Unas uñas de infarto… que ya quisiera yo poder tener esas uñas. Y encima eres inteligente y madura. Eres mi prima… Y te quiero como a una hermana. Conmigo se puede meter cuanto quieran… pero si te hacen algo a ti, o a mi hermana, yo mato. Por ti, yo mato.

Estás tan guapa, de verdad… No entiendo por qué has estado siempre buscando un novio desesperadamente. Desde pequeña estabas obsesionada con el amor, con sentir cariño. Pero no entiendo por qué necesitabas eso. No te hace falta un hombre para ser feliz. Nunca te has tenido en cuenta, ni te has querido. Y sin embargo, para mí eres preciosa, perfecta. Quizás… cuando dejes de buscar, todo lo que quieres con todo tu corazón, aparezca finalmente>>

En ese momento… yo lloraba –como siempre hacía cuando me recordaban lo que quería…- pero hoy lo pienso mejor, y entiendo lo que ella quería decirme.

Si he buscado el amor es porque sentía que sin él no podía vivir. Que sin el amor de otra parte, con quien poder compartir las cosas, no estaría completa…  Pero soy una mujer adulta, con más aspiraciones, más sueños. Y ninguno se reduce a encontrar pareja.

Quiero hacer puenting, conocer el mundo, visitar cada rincón de cada país, hablar muchísimas lenguas, triunfar en la vida… No quiero limitarme  a encontrar la persona adecuada, no me importa probar a los equivocados mientras tanto. Pero sigo sin entender, a día de hoy, por qué ha sido siempre tan importante para mí el amor.

Al principio lo asimilaba a la envidia. Mis primas eran felices con sus parejas. Tenían amor para rato, incluso para empalagar… Y eso me gustaba, yo quería algo así. Muchas veces sentía que no había nadie en el mundo que me amara… y pensar en que estaba a punto de llegar me consolaba.

Luego lo asocié a mis ideas románticas… Quizás porque pasaba todo mi tiempo con la nariz hundida en libros y la mente en las nubes. Quería algo mágico, clásico…

Pero ahora… Ahora no tengo nada que usar de excusa. Quizás intentaba sentirme aceptada por alguien, para yo empezar a valorarme a mí misma. Quizás quería pensar fervientemente que el físico no importa… que era más importante tu forma de ser.

Pero no. Sé que quería sentirme querida, poder comentar de aquello que ellas tanto hablaban. Quería tener alguien con quien compartir mi vida, en quién apoyarme. Pero la vida me ha enseñado que no hay nada mejor que apoyarse en uno mismo. Que no hay nada mejor que ser diferente a los demás.
Me miro al espejo y muchas veces no me reconozco. Me había estado buscando tan duramente, que al final me había perdido.

¿Quién soy yo realmente? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué existo?

Soy Katherine Newhille.
No, no soy mi nombre.
Violinista. Cantante. Periodista.
No soy mi profesión, o mi hobbie.
Rebelde. Desordenada. Inteligente. Filosófica. Depresiva. Loca. Simpática. Agradable. Consejera.
No… No soy nada de eso.
¿Quién soy?
Y lo digo de verdad…
No soy mi estatura, o mi peso. No soy mi edad. Mucho menos mi género, o el lugar donde nací.
Soy mi libro favorito, la canción atrapada en mi cabeza. Soy lo que es el profundo deseo que me impulsa, mi voluntad, mis actos, mis sueños, mis pasiones, mis alegrías. Soy las películas que veo, la música que escucho, la gente que conozco, las conversaciones de las que participo. Soy lo que cojo de lo que aprendo. Soy el sonido del océano, el respiro del aire fresco, la luz más brillante y la esquina más oscura. Soy un colectivo de cada una de las experiencias que he tenido en mi vida. Soy cada solitario día. Por eso me tiro en un mar de conocimiento y existencia. Dejo que las palabras corran a través de mis venas y dejo que los colores llenen mi mente.
Intento a cada momento  impedir que el ruido del mundo me haga olvidar quién soy. Soy belleza, alegría, amor, felicidad… Eso está en mi esencia.

Yo más que nadie sé quién soy.
Soy mil cosas.

No soy de dónde vengo… Soy a dónde voy.

Catching Fire

En mi casa, nunca hemos sido una familia. No en condiciones, porque a pesar de todo, teníamos los elementos necesarios para construirlo: una perrita adorable, dos hermanos –chico y chica- que se querían muchísimo, una pareja que se amaba, y el hogar para formarnos.

Pero pasábamos por altos pequeños detalles, que a la larga, se han imperdonables.

A lo mejor, estabas comiendo con todos –ya fuera cenando, almorzando- y cuando uno terminaba, se marchaba a hacer sus cosas, normalmente ver la tele. Todos se iban, hasta que al final, sólo quedaba una persona. Quedaba la mujer que siempre había luchado por sacarnos adelante, y con la que se cabreaban siempre. La mujer que intentaba hacernos felices…y nosotros sólo éramos capaces de agradecérselo con discusiones y dolor.

Sin embargo, ella seguía allí siempre, pasara lo que pasara, tenía los brazos abiertos para cuando la necesitaras. Si necesitabas ayuda, ella buscaba la forma de socorrerte, sin importar qué tuviera que hacer.
Y ahora, sin duda, lo veo. Mi madre se ha merecido mucho más de lo que le hemos dado. 

Discurso graduación

Candy: Representa un verdadero honor tomar la palabra en nombre de todos los alumnos graduados en este día tan especial. Un día que marca el fin de una importante etapa. Un día en que tenemos sentimientos encontrados: una alegría enorme por haber conseguido una meta personal pero a la vez mucha expectativa de lo que ocurrirá de ahora en adelante.

Brian: Hoy es un día de esos que merece la pena guardar en el álbum de los recuerdos: es día de fotos, de “hasta luegos” y despedidas (hasta mañana, hasta el curso que viene, hasta que nos veamos); día de risas, de sonrisas, de nervios, de “¡por fin!”, de flash-back, de “¿te acuerdas?”, de “¿a ver qué tal has salido en la orla?”…Puede que cuando seamos mayores lo hayamos olvidado todo, el óxido y el polvo de los años pueden haber destruido completamente lo que, a su voracidad, un día confiamos. Pero basta un sonido, un olor, un tacto repentino e inesperado, para que, de repente, el aluvión del tiempo caiga sobre nosotros y la memoria se ilumine con el brillo y la rabia de un relámpago.

Candy: Y ahí volvemos a rememorar los enfados de Yaiza por las injusticias de los políticos y la promesa que le hicimos de votarla como presidente; o como Daniela llegaba a clase con una energía anormal, mandando a callar a todos y provocando soponcios al profesor Felipe. Las peleas a la hora de marcar los exámenes y las risas de los “pillados por sorpresas”.

Bárbara: También están los golpes de suerte de Alberto cuando dice la última palabra del profesor a pesar de estar totalmente en la quinta nebulosa…

Brian: ¡Alberto! ¿Qué fue lo último que dije? (Cabreado)

Bárbara: (Asustado) ¡¡¡1957!!!... 

O incluso mis propios arranques nerviosos cuando hay que poner exámenes…

Candy: ¿Qué os parece si ponemos el examen este viernes?

Bárbara: (Enfurecida) Ese día ¡no! ¡Ese día no se puede poner examen! ¡Te hundo la vida!... 

Y cuando nos reencontremos de vez en cuando con los amigos que hemos hecho aquí, el instituto seguirá siendo un tema de conversación, y volveremos a hablar de compañeros, de profesores, de anécdotas…

Candy: Si nunca vamos detrás de lo queremos, nunca lo tendremos. Si no preguntamos, las respuestas serán siempre no. Si no vamos en pos de lo que perseguimos, estaremos en el mismo lugar. Por eso decidimos continuar nuestros estudios tras terminar la Enseñanza Obligatoria, y por eso hemos decidido continuar nuestros estudios. Porque sabemos que si no nos movemos, no saldremos a conocer ese inmenso mundo que nos espera, somos conscientes de que si no seguimos aprendiendo, no podremos llegar a donde deseamos,  a alcanzar nuestros sueños. Habrá miles de cosas que no nos gusten y que tendremos que cambiar; habrá demasiadas injusticias por las que luchar; habrá que ponerle ganas para conseguir mejorar nuestra existencia y la de los demás. Que la vida sea o no “maravillosa” depende en gran parte de cada uno de nosotros.


Bárbara: Sólo nos queda agradecer a la familia, por darnos su apoyo constante y económico. Gracias a los profesores por todas las oportunidades que nos han brindado a lo largo del curso. A nuestros amigos, por enseñarnos cuándo tomar un descanso… Y un especial gracias a la profesora de Arte, Cruci, por instarnos a continuar y sin que esto no hubiera funcionado. Muchas gracias.

Miedo

Estoy cansada… Las cosas van de mal en peor a cada segundo que pasa. Y con ello aumenta mi temor. No sé qué pasará de mi antigua decisión… aunque siento el frío sumergiéndose en mi interior, conquistando mi corazón. Conquistando cada última fibra de mí ser.

¿Qué haré si mis peores temores se hacen realidad? ¿Cómo seré capaz de afrontarlo sin perder a toda la gente que quiero? ¿Sería capaz de sobrevivir sin nadie? Estaba claro que no. Yo necesitaba la compañía de la gente como una flor necesita el agua. Dependo totalmente de ellos.

Quizás haya estado tan cansada de depender de mí misma, de no apoyarme en nadie más…que en lo único en lo que he podido pensar hoy es en lo increíblemente tranquilo que sería relajarme, y dejar las preocupaciones a otra persona. Los planes. Sólo quería olvidarme de todo, descansar, sin pesadillas. ¿Pero cómo? Todos los que conozco y confío viven lejos, o no están ahí cuando yo los necesito… Y quien ahora mismo me da tranquilidad, no creo que sea capaz de mirarme a la cara una vez esté al tanto de mis problemas.

No. Y realmente, yo no sería tan malvada como para dejar a alguien –a alguien que quiera-  siendo esclavo de mis desvelos. No sería justo. No para alguien que intenta ayudarme.


No sé qué pasará mañana, o en unas semanas…quizás incluso 12 meses. Sólo espero poder ser capaz de aguantar cualquier cosa que se me venga encima, que nadie me tache de inmadura o irresponsable, de loca o idiota… Ya tengo mis propios pensamientos para recriminarme lo que hice. Sólo espero que lo que hoy sufra, me lleve a donde deba estar en mi futuro. Siendo feliz.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Mother's love

Estaba yo conectada en mi ordenador, cuando mi madre entró en la habitación, con su rostro preocupado de siempre.

 - ¿Podrías hacerme por favor, un toque Zen para los nervios?

Yo la miré, al principio casi sin comprender. No estaba cumpliendo mis deberes de una meditación diaria para mantener mis chakaras activos, pero me dije "¿qué mas da? Es mi madre. Haría cualquier cosa para que ella estuviera bien. Aunque ello significara perder mi energía".

Así que la senté en mi silla de escritorio, coloqué mi mano en su cabeza, y respiré hondo.
El ejercicio duró cinco minutos. Cinco  minutos en los que sentía mi mano dolorida por la posición, cinco minutos en los que intentaba mantener mi mente despejada y transmitir tranquilidad a mi madre.

Al finalizar el toque Zen, se puso en pie. Yo le acaricié la espalda y nos dimos un abrazo corto. Entonces llegó hasta el umbral de la puerta y se le escuchó sollozar.

Llegué a su altura,  contemplando su rostro anegado en lágrimas, la necesidad de ser consolada.

 - ¿Qué pasa? ¿Por qué llorar, mamá?

Ella me dijo:

 - No es nada. Es sólo que tenía ganas de llorar.

 - Anda, ven. Dame otro abrazo.

Nos volvimos a fundir en los brazos de cada una. Mi madre llorando al lado de mi cuello, y yo aguantando mi propio dolor.

 - Te quiero -le dije.

- Y yo a ti -su voz apenas un susurro.

 - Lo sé.

Al separarnos, y ella cruzar la puerta, le escuché decir "Ahora te echaré muchísimo de menos"...

miércoles, 23 de julio de 2014

Virginia's Hapiness







Ella es Virginia.


Tiene 18 años.

Y es mi prima.



Mi prima está como una cabra. Cuando está con sus amigas es muy loca, pero cuando está entre primas, puede llegar a parecer una psicópata.




También tiene complejo de princesa. Pero con razón. Es la chica más valiente que conozco. Si está triste, ella sale a la calle con una sonrisa de oreja a oreja. Siempre tiene una para cada amigo. Siempre está ahí para ayudar, menos cuando se olvida de ti por accidente. Pero es normal. Las princesas tienen muchas obligaciones. Entre ellas, no perderse ningún concierto de One Direction.


También es modelo. Pero no de las que cobran un millón de euros por un desfile, ni las que están en los huesos. 
Ella es modelo en las reuniones familiares, cuando nos escondemos en los coches y agotamos las memorias de los teléfonos con tantas fotos. O cuando promociona galletas a las cinco de la mañana, en las fiestas del pueblo. (Aunque las galletas estaban caducadas...)


Y siempre está cuidando y mimando a sus amigas. Incluso buscándoles pareja (no muy compatibles normalmente).
Es de las personas que está ahí para darlo todo. O te apoya, o te pega por subestimarte. Pero de una forma u otra, siempre está a la altura de lo que esperas en una amiga.

Por eso la quiero tanto. Porque sin ella, mi mundo se derrumbaría.

sábado, 19 de julio de 2014

Goodbye, Alice



Hoy me han dicho que la que fuera mi mejor amiga, se marchaba a otro país para estudiar.

Yo no lo sabía.

Bueno, no. Eso es mentira.

Dos años atrás, en uno de los conciertos, Alice me había comentado que al cumplir la edad de 17 años, iría a estudiar en Alemania. Yo me apené terriblemente, y en el coche, le iba comentando a mi compañera de violín sobre mi dolor acerca de perder mi mejor amiga.

 - Tú no sabes lo que puede pasar de aquí a dentro dos años -me decía-. Sus padres pueden cambiar de opinión, ella misma puede decidir no irse. Puede pasar cualquier cosa. Y aún cuando se fuera, mantendríais el control, porque eso es lo que las amigas hacen.

Pero el caso es que, varios meses después, nuestra amistad se rompió... y las que fueran mejores amigas, apenas eran capaces de dirigirse la mirada. Una por orgullo, la otra por incomodidad.

Y ahora estamos en este punto de nuestras vidas, donde pasados dos años, una sigue el camino que trazó tiempo atrás.

La verdad es que me lamento por no haber podido luchar por la amistad... pero por alguna razón, el tren donde la conocí, partió. Y yo me quedé en tierra, con los pies mojados.

Echaré muchísimo de menos a la joven rubita que alegraba mis tardes en los martes. La que  compartía mi amor por la lectura, me entendía y buscaba soluciones. Echaré de menos a la pequeña que prometió ser el cojín que me atrapase al caer, y me ayudaría a levantar, una y otra vez.

Echaré de menos a la Alice que prometía luchar todo lo necesario por mi felicidad, que nunca me abandonaría pasara lo que pasara...

Ella  y yo éramos como los ojos. Nos movemos a la vez, vemos el mundo de la misma manera, aunque no nos veamos la una a la otra.

No sé por qué motivo tardamos tanto en conocernos, ni por qué fue tan efímero el tiempo en el que nos quisimos... ni de por qué fue tan fácil separarnos... Supongo que una llama que arde tan brillantemente no está destinada a durar.

Pero ahora entiendo por qué algunas personas nos volvemos malas... El dolor nos abrasa, nos hace sentir impotentes. Nos da miedo que si nos permitimos ser felices por un segundo, nuestro mundo se derrumba, y eso suele pasar más de lo que queremos.

Es por esa razón que nos volvemos fríos, por la cantidad de cosas que nos están quemando por dentro.

Y una en especial...

 La humanidad es la debilidad más grande de una persona. No importa cuál fácil sea apagarla, ésta simplemente sigue luchando para volver.


domingo, 27 de abril de 2014

sábado, 26 de abril de 2014

I don't care

- Bajo esa superficie tranquila se esconde un carácter tozudo y reservado. Me dijo que tienes la costumbre de hacer lo que te viene en gana, aunque sea excéntrico, y que raramente contestas si se te pregunta “dónde” o “por qué”.


- Hace tiempo que he aprendido a no explicar las cosas a la gente. Les hace pensar, erróneamente, que tienen derecho a saber todo lo que hago.